Este texto
era para la semana pasada, pero ….. Cierto, la semana pasada se
renovaba la ilusión de una nueva temporada del C.A.I.. Ilusión que
no nos la hizo perder el Euro basket de Eslovenia (qué nivel el
demostrado, no sólo por España, sino por todas las selecciones
incluida la ganadora Francia –excepción, a mi ver, de Finlandia-)
Fases de adaptación de todos los equipos a la vez? Ufff..., tantas
preguntas (aunque sólo ponga una) sin respuestas
Los inicios
de temporada eran intensísimos para un miembro del colegio de
árbitros. Sí, yo estaba colegiado en la Real Federación de
Baloncesto. Repasar reglas, incluir las nuevas (yo fui testigo de la
implantación del 1+1 en la faltas personales, de la limitación de
posesión del balón a 24 segundos, de los 6, 25 para los tres
puntos, de los tres árbitros en categorías nacionales,…..)
Iniciabamos
nuestra andadura con la estela de un C.A.I. victorioso de la Copa del
Rey (que en ese momento dirigía León Najnudel) y , por que no
decirlo, jugadores frustrados sin equipo (el instituto ya acababa y
otro orden entraba).
Comenzábamos
con mitos. Muchos mitos. Y la mayoría americanos. Nos alimentábamos
visualmente en “Basket” de Francisco Vitoria. Pero fueron cayendo
por puro peso. Los Jordan, Jabbar, Bird, y compañía metían
canastas inverosímiles y decisivas, pero fallaban….. la tira. Y
así, nuestros mitos se acercaban a nuestra realidad más inmediata.
El genio de
Macipe en los banquillos de los distintos equipos (Helios, Olivar,
….), de la primera mujer árbitro Maribel Roche ( a la que
siguieron otras como Mónica Heredia, Silvia Belarre), a la seguridad
que daba en la cancha el arbitraje de Antonio Gallo (cuando te
tocaba, él ya estaba en Nacional y no era muy frecuente
encontrártelo en las pistas) y/o de compañero en la mesa de
anotadores de Luis Aramburu, las pistas de Jesús María El Salvador
donde te mimaban, la super cantera que suponía el C.A.I junior
Idealizábamos
un baloncesto teórico en las tertulias donde no aparecían apellidos
impronunciables, en el que no memorizábamos fechas y lugares porque
teníamos cientos (en aquellos años 90 solíamos hacer una media de
cuatro partidos cada fin de semana –de todas las categorías-).
Pero nos encantaba analizar a quién nos había tocado en suerte como
compañeros, los equipos en cuestión, la suerte de un posible
desplazamiento (se cobraba dieta) y, sobre todo, disfrutar de la
gente. Buena gente
Como la que
te encontrabas en Daroca con el super equipo formado alrededor de
Zeravika, o en las pistas de Bajo Aragón – imborrable el partido
cadete contra Maristas para una fase nacional-, o en La Almunia de
Doña Godina, donde salimos escoltados por la Guardia Civil después
de perder por un punto contra Stadium Venecia para el ascenso a la
segunda división y tantas otras pistas donde siempre reinó la
deportividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario